sábado, 9 de enero de 2010

Comienza el circo de valores


Contando con la experiencia de años anteriores, agravado aún más por las circunstancias de crisis general que vivimos y como era de prever, una nueva avalancha de inmigrantes pobres deambulan por toda la provincia de Jaén buscando trabajo en la recolección de la aceituna. Una vez más, la improvisación, las prisas, las excusas, la justificación, la injusticia, el miedo y el disimulo son las herramientas que queremos utilizar para trabajar la pobreza. Ante esta situación, los pueblos se convierten en una especie de Torre de Babel, una torre llena de contrastes multiculturales y de convivencia muchas veces surrealista. Nos molestan los pobres pero los utilizamos cuando los necesitamos, ¿Esto, cómo se llama?.
Otra vez la condición humana mano a mano, los valores puestos a prueba, la ética y la moral a juicio. Sin lugar a dudas todo un espectáculo, una obra de teatro donde van desfilando toda clase de actores y personajes como salidos de un cuento de navidad.
El guión está claro, es el papel moral de cada individuo ante esa torre de sentimientos humanos; Confusión, ignorancia, prejuicio, apatía, necesidad, intereses, hipocresía, recelo, miedo..., sentimientos y emociones que se dan cita un año más en un contexto más empobrecido en muchos sentidos y todo ello, aderezado en un escenario navideño lleno de falsa fraternidad y mensajes de amor,respeto,solidaridad... En realidad, es la excusa para consumir modas de forma desmedida y practicar filosofías e ideologías frías y vacías, mientras, pobres de todas las nacionalidades duermen sobre cartones y con el estómago vacio a solo unos metros de nuestra casa.
Se abre el telón, cada uno y una actúa según el papel aprendido por su programación cultural, según sus intereses, miedos o vacíos.
En un mundo acomodado mirar para otro lado es la opción más cómoda y barata. Engañarse o justificarse es un deporte propio de personas que no quieren practicar lo que se supone que celebramos en Navidad, la entrega de alguien que lo hizo por amor a los demás, "Ama al prójimo como a ti mismo".
En los últimos años (afortunadamente) se está trabajando mucho por los derechos del niño, de las mujeres, de los ancianos, de disminuidos físicos dependientes…, y eso está muy bien, seguro que a Jesús y a otros les alegra, pero, ¿Qué ocurre con nuestros hermanos los pobres? los que han tenido que abandonar a sus seres queridos por amor (como hicieron nuestros antepasados) los que pasan hambre y frío, los que enferman en la calle, los despojados de sus bienes, los que no tienen papeles ¿Ellos y ellas no cuentan? ¿No son hijos de Dios y hermanos? ¿Por qué hay tanto miedo a AMAR? ¿Por qué no aprendemos de la historia?.
En este circo de sentimientos vacíos y crisis de valores, solo el ejemplo puede ser la religión. Menos mal que entre tanta falsedad e hipocresía, siempre hay personas que ponen luz de esperanza ante tanta oscuridad.


¡FELIZ NAVIDAD HERMANOS!

José Laso

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