sábado, 9 de enero de 2010

Circular para los medios de comunicación 26-12-2009

Las comarcas rurales como la de la Sierra de Segura, son uno de los últimos rincones de la Provincia de Jaén donde muchos inmigrantes prueban suerte para encontrar su ansiado trabajo, la mayoría ya han pasado por otros albergues de la provincia y saben que volver a ellos supone competir con más cantidad de inmigrantes por un jornal y por un rincón de la calle donde poder dormir.

La decisión de reducir la estancia de cinco a tres días en los albergues, ha provocado que muchos inmigrantes pasen más tiempo literalmente tirados en la calle, algunos desistieron y se fueron, pero la mayoría (que están atravesando un momento crítico) resisten, aunque pasen hambre y soporten temperaturas inferiores a cero grados. Saben que la posibilidad de echar un jornal, significa que su familia (de varios integrantes) pueda sobrevivir un mes, por ello, seguirán ahí hasta el final de la campaña.


Estas políticas de contención, que se crean con el objetivo de rotar y descongestionar los pueblos de gente inmigrante pobre por falta de trabajo local y exceso de mano de obra foránea, hace que, mientras existen plazas libres en muchos albergues, en la calle se incrementa el número de necesitados. Más inmigrantes, menos recursos que al final se traduce en enfermedades derivadas de mala alimentación e intenso frío.

Si la misma cantidad de personas que duermen en la calle fueran de población local afectadas por una situación de emergencia, probablemente se hubieran activado todos los mecanismos de atención y socorro.

El lunes 21 de diciembre de 2009 se celebró una reunión de la asociación Sagrada Familia que gestiona la residencia hogar “Paquita Estrada” en la Puerta de Segura. En esta cita se barajó la posibilidad de abrir temporalmente dicha residencia. El edificio en cuestión reúne todas las condiciones para albergar dignamente a personas necesitadas, cuenta con unas veinte plazas y en la actualidad no se le da uso alguno. La Plataforma Segura Solidaria lo solicitó para los inmigrantes temporeros que duermen en la calle, solo como emergencia para dormir por el mal tiempo y bajas temperaturas de estos días, comprometiéndose el Ayuntamiento de la Puerta de Segura y la Plataforma para su gestión.

Tras la reunión de socios no hubo acuerdo alguno, argumentando que faltaban socios a dicha reunión por lo precipitado de la convocatoria y que había que convocar a todos los socios en asamblea general, con 20 días de antelación según estatutos.

Ante esta situación, el Ayuntamiento de la Puerta de Segura decide facilitar el pabellón deportivo para acoger a unos veinte inmigrantes que dormían en la calle bajo un puente junto al río, situación agravada por el riesgo de inundación ante la crecida de dicho río.

La Plataforma Segura Solidaria de la Sierra de Segura ya venía avisando por la experiencia acumulada de otros años, que ante la crisis general que estamos viviendo se deberían haber tomado más medidas de previsión ya que este año la necesidad sería mayor y los recursos, como siempre, escasos.

Se deberían estudiar, planificar y reforzar más detenidamente las políticas de atención y acogida según contexto local-rural, provincial, nacional y global, así como improvisar ciertos cambios según circunstancias puntuales. Si avanza la crisis el año próximo seguirán viniendo y fuera de la red de albergues también hay mucho por hacer.

Se ha de trabajar más de cerca la realidad de la calle, para ello, creemos que se tendría que crear la figura de mediador de calle, figura conocedora que podría hacer de puente entre inmigrantes, organizaciones sociales, administración, empresariado y población en general.

Otro hecho a destacar es la práctica de pago de billete a otros albergues cercanos, donde no hay plazas libres y más cantidad de gente en la calle, ante estas circunstancias (poco solidarias a veces entre pueblos) se podrían haber facilitado billetes directos donde si hay plazas libres (como ha hecho puntualmente algún Ayuntamiento) así, se hubiera evitado el desconcierto y la negación de marchar de muchos inmigrantes, ellos saben que antes de llegar a dichos albergues tienen que pasar algunas noches tirados en la calle.

El empresariado (salvando excepciones) y como principal beneficiario, debería prestar más apoyo a la hora de facilitar vivienda, preparándose con antelación a la campaña para que a su llegada, estas personas pobres puedan acceder a un lugar digno y que todo humano merece, así mismo tras el primer día de trabajo, habría que pagarles, muchos llegan sin nada y no pueden comprar ni la comida del día.

Por otro lado, y dadas las circunstancias, se deberían llevar a cabo más programas interculturales y campañas de captación de ropa de abrigo y comida, ello hubiera paliado muchas carencias y fomentado valores de respeto y solidaridad entre la propia población e inmigrantes.

Cerrar las puertas y limitar recursos es marginar aún más a los más pobres, que por su condición y situación, se sabía, que se hiciera lo que hiciera, iban a venir.

La hospitalidad con otras culturas más pobres o entre nosotros mismos, no puede venir solo de unas pocas personas solidarias, tiene que ser del conjunto de la sociedad, por que es la base de la paz y el acercamiento a los demás valores humanos, valores que tanto nos intentan vender, pero que a la práctica poco se ven.

Busquemos todas las excusas o justificaciones, pero la realidad seguirá siendo la realidad.

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